Category: Buen vivir


Angustia: jazmín, nerolí, naranja, pachulí, man¬zanilla, rosa, vetiver, ylang-ylang
Ansiedad: bergamota, cedro, salvia, frankin¬cense, geranio, lavanda, mandarina, nerolí, sánda¬lo.
Confianza: laurel, bergamota, ciprés, pomelo, jazmín, naranja, romero
Depresión: salvia, frankincense, geranio, pom¬elo, jazmín, lavanda, limón, mandarina, naranja, manzanilla, rosa, sándalo, ylang-ylang
Estrés: benzoína, bergamota, salvia, geranio, lavanda, pachulí
Fatiga: laurel, bergamota, pimienta negra, salvia, ciprés, jengibre, pomelo, menta, romero, vetiver, canela
Miedo: bergamota, cedro, salvia, pomelo, nerolí, naranja, manzanilla.
Memoria y concentración: laurel, pimienta negra, ciprés, limón, menta, romero
Pánico: frankincense, lavanda, nerolí, rosa
Pena: ciprés, frankincense, rosa, nerolí
Paz y felicidad: geranio, pomelo, limón, pachulí, sándalo, ylang-yang
Soledad: salvia, manzanilla, rosa

32 Consejos de Diseño de Jardines

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1. El objetivo principal en el diseño de un jardín es crear un conjunto armonioso y resolver los aspectos prácticos.
2. Intenta que tu jardín tenga un sello propio, un estilo, un aire diferente.
3. Un jardín muy cuadriculado no suele ser la mejor opción. Añade curvas y esquinas secretas. Por otro lado, las líneas curvas hacen parecer a los jardines pequeños más grandes de lo que son en realidad.

4. Diseña un jardín cómodo. Cuatro consejos:
• Elige especies que requieran un bajo mantenimiento.
• Tapizantes en lugar de césped que es lo que más trabajo da en un jardín.
• Planta en arriates elevados en vez de a ras de suelo.
• Opta por setos informales en lugar de setos formales que exigen varios recortes al año y por tanto más trabajo. Los informales se les deja más libres y están formados por especies que se recortan muy poco o nada, desarrollando flores e inclusive frutos

5. Si tienes pendientes muy fuertes, lo mejor es construir muros de contención y terrazas (bancales). O hacer pequeñas plataformas semicirculares con el borde de piedras a modo de mini-murete.
6. Los caminos principales que sean amplios. 1,5 m. de ancho permite el paso de dos personas a la vez. Los senderos secundarios, más estrechos.
7. Los caminos puedes iluminarlos con un sistema de bajo voltaje. Son fáciles de instalar.
8. Cuida el diseño de la entrada a la vivienda. La puerta principal es un espacio muy importante. Puedes bordear el camino de acceso con plantas de temporada de colores e ir renovándolo para variar la estética.
9. Instala un pequeño estanque, una cascada o una fuente. Es refrescante y el sonido del agua produce serenidad y relajación.
10. Es una buena idea tener en el jardín un rincón escondido o un jardincillo secreto para la contemplación, para relajarte, para dormir, para meditar y para olvidarte de todo. Aquí una fuente va perfecta para la relajación; algunos ornamentos (pocos), por ejemplo, una escultura cuidadosamente escogida, y tus plantas favoritas.
11. Es recomendable que los bancos del jardín estén rodeados de vegetación. El tacto es una sensación a considerar.
12. Quizás te guste destinar una zona para poner una mesa de ping-pong y un banco cerca para contemplar el juego.
13. Una pérgola siempre tiene su sitio como beneficioso proveedor de sombra. Se cubren con trepadoras.
14. Planta los árboles de hoja caduca que den sombra a la fachada suroeste de la casa durante el verano. En invierno, sin hojas, dejarán pasar el sol.

15. Coloca las coníferas fijándote por dónde entran los vientos dominantes. Así, protegerá al jardín de ellos gracias a su follaje perenne.

16. Planta aromáticas. Son fáciles de cuidar, bellas y con olores agradables.

17. No sobrecargues el jardín con muchas especies de plantas y con un exceso de colores sin orden ni concierto. Este es un error muy frecuente donde la armonía brilla por su ausencia.

18. Usa piedras de tu región para montar una rocalla.

19. Los pájaros los atraerás con un bebedero o una pila con agua.
20. Puedes ir cambiando las plantas que cultives en macetas según la época del año.
21. Los ornamentos en el jardín tienen un importante papel. Por ejemplo, una escultura constituye un punto focal de atracción visual; grandes jarrones, tiestos modernos, los clásicos recipientes de terracota o piedra…

22. Oculta la pila de composta detrás de un seto de arbustos perennes.
23. Selecciona plantas adaptadas al clima de tu zona y al suelo de tu jardín.
24. Debes saber el color de las flores o del follaje y la estación en que las plantas estén más vistosas.

25. Estudia las zonas de sol y sombra del jardín para decidir qué plantar en cada lugar. Casi todas las flores necesitan unas seis horas de sol al día. Conoce qué cantidad de sol necesita cada especie.
26. En sitios umbríos, en lugar de césped, planta tapizantes cúbreselos que toleran la sombra, como la Hiedra, Vincapervinca, Pachysandra, Dicondra repens, etc… O extiende una capa de grava o chinos decorativos.

27. Las zonas húmedas con un drenaje deficiente son adecuadas para especies como la Primula, Helechos, Astilbe arendsii, Bambúes… y árboles como los Sauces y el Ciprés de los pantanos (Taxodium distichum).

28. Si tu jardín está en la costa, sigue estos consejos:
• Protege del viento que deposita sales en las hojas y las queman. Lo mejor son setos, vallas con trepadoras o láminas de brezo. Un muro crea turbulencias detrás; mejor, los setos, algo que deje pasar el viento en parte.
• Ata y entutora con firmeza las plantas para que el viento no las venza.
• Cada cierto tiempo, da «un manguerazo» al follaje para lavar la sal acumulada.

29. Para construir un macizo de flores combina plantas perennes y plantas de temporada. De esta forma, tendrás color todo el año. Las plantas anuales viven unos meses pero tienen un periodo de floración más largo e intenso que las perennes, en general.
30. Los macizos los puedes trazar ayudándote de una manguera y luego, espolvoreando con cal o yeso por encima de la manguera para que quede la curva dibujada.

31. Haz que los niños participen en actividades de jardinería. Le inculcarás el amor a la Naturaleza. Déjalos a cargo de una parte del jardín y que planten semillas de girasol, lechugas, habichuelas, ajos, remolachas, etc..
32. A los niños una caja de arena les distraerá durante horas. Les gusta cavar y construir castillos de arena. Un cajón de 2 x 2 m. se puede construir en una mañana y no resulta caro.

En la preparación del escenario de la practica de MZM, el Buda desea que entendamos que lo que somos como entidades físicas en realidad es una construcción artificial la cual esta vacía de una naturaleza esencial. Aunque nos aferremos a nuestro cuerpo con la fuerte creencia de que alguna parte del es nuestro verdadero ser; sin embargo, de acuerdo al Buda, nuestro presente estado no muestra evidencia de eso. De hecho, si lo examinamos cercanamente, nuestra entera existencia psicofísica es una de no-permanencia, dolor y un falso sentido de ser el cual toma el lugar del verdadero ser. (Ejemplo: la luz Budica.)El individuo al cual llamamos nuestro ser, es de hecho, rotundamente un no-ser
(anatman). Pues esta hecho de nuestros cuerpos temporales los cuales son corruptos, sujetos a enfermedades, vejez, y muerte. Nuestra condición es como la de un robot dentro del cual encontramos que hemos nacido, mientras que de nuestro cuerpo, hecho de luz, permanecemos ignorantes. Después de mucho tiempo de haber vivido dentro de este robot, nos sobre-identificamos con él, creyendo que es indestructible, llamándolo nuestro verdadero ser, cuando de hecho no lo es.

Tener y sustentar esta falsa creencia de que el individuo es nuestro verdadero ser, hecho del cuerpo temporal, es nuestra infortunada situación. Siempre es engañosa y nunca nos acercara a la eterna paz y Nirvana lo cual es la realización de nuestro inmortal cuerpo de luz.

A pesar de esto, tenemos un refugio viable de esta malsana forma de existir por que lo que en verdad somos, es decir, el verdadero ser, en realidad nunca ha nacido dentro de este cuerpo. Esto puede que explique por que antes de la muerte de su cuerpo físico el Buda dijo lo siguiente:
Por lo tanto, Ananda, mantente como aquellos que tienen al Ser como iluminación, como aquellos que tienen al Ser como refugio, como aquellos que no tienen otro refugio; como aquellos que tienen al Dhamma como una isla, como aquellos que tienen al Dhamma como iluminación, como aquellos que no tienen otro refugio.

Mientras que nos hemos venido identificando con casi una infinidad sucesiva de dolorosas existencias, en realidad nunca hemos nacido en ninguna de ellas. Solo aparenta ser de esta manera por que estamos invertidos. Es decir, que el verdadero ser esta enfocado hacia lo corrupto, cambiante aspecto de los phenomena, tal como es percibido a través del cuerpo, en vez de ver aquello que no cambia y es inmortal.

Como resultado de esta inversión, la intención de MZM será la de restituir nuestra posición verdadera. La práctica, por lo tanto, consistirá en aprender a alejarse del mundo fenomenal traído a través de los sentidos y, en vez, repetidamente darnos vuelta hacia el verdadero mundo de luz Budica como para seguirlo hacia arriba, engrandeciendo nuestro contacto con este.

Con respecto al mundo fenomenal, es aquel el cual vemos ante nosotros a través de nuestros órganos sensoriales el cual es posteriormente interpretado por nuestros cerebros.
Con relación a esto, la luz espiritual del Buda, siendo original, esta siempre antecedente a los phenomena e incluso a las interpretaciones del cerebro. Si intentamos usar nuestro intelecto sensorial para percibirla, esta luz permanecerá inconcebible por que es increada, a pesar del hecho de que sin esta luz no podríamos tomar ni una sola bocanada de aire.

En nuestra presente situación, mientras vemos al mundo, estamos en realidad enfrentando un efecto vivido y embrujante el cual es una fantástica creación de la mente.

Como resultado seguimos a estas creaciones pues hemos perdido el contacto con la reveladora luz Budica misma. Desde nuestro nacimiento del útero de nuestras madres, hemos estado ocupados en darle nuestra atención a las demandas del cuerpo, el cual es una creación artificial.

Nunca se nos ha ocurrido que dándonos vuelta, como para decirlo de alguna manera, nos unimos con la luz del Buda la cual anima nuestros cuerpos y así poder disfrutar de su despertar y ver lo inmortal. Pero en vez, decidimos seguir el camino del mundo y así nos enredamos más en él. Es como una persona sedienta que persigue espejismos esperando calmar su sed. Por cierto, este es el significado detrás de la idea de samsara en la cual nos hacemos conscientes repetidamente de nuevos nacimientos corporales y de sus muertes posteriores.

Para unirnos con la luz del Buda, y posteriormente agrandarla, MZM usa la respiración como sujeto de meditación (incluyendo hasta koans y otros temas cuando sea necesario).
Utilizando la respiración como sujeto de meditación, el adepto no sigue la respiración. En vez, MZM demanda que el adepto proyecte estar mentalmente antecedente al siglo de respiración, para así distinguir aquello que anima el proceso de respiración de aquello que es animado. La actualidad sensorial de la respiración misma.

Ahora, por que es esto tan crucial? Es por que, como ya mencionamos antes, el cuerpo es una construcción artificial y, por lo tanto, le falta una naturaleza esencial propia.

Si deseamos escapar de la destrucción del cuerpo, causada por nuestra simpatía con él, tenemos que identificarnos con nuestro verdadero ser el cual es inmortal. Pero más importante aun, tenemos que identificarnos con la luz Budica la cual no es del cuerpo mortal y que esta, en vez, completamente anterior a el. Esta luz es mejor entendida y distinguida del cuerpo físico través de la practica de estar antecedente a la inhalación y exhalación de la respiración.

Para que las flores de los jarrones se mantengan como recién cortadas durante varios días existe un método natural que da excelentes resultados. El mismo consiste en insertar en cada uno de los tallos medio gajo de naranja. El ácido cítrico que posee esta fruta está comprobado que es uno de los antioxidantes más potentes hace que las flores no se marchiten tan fácilmente.

María Cristina Romero, Goya, Corrientes.

Por Vagi

La preferencia de las personas por levantarse extremadamente pronto o tarde por la mañana está codificada en sus genes y las moléculas de sus células de la piel, según un estudio de la Universidad de Zurich en Suiza que se publica esta semana en la edición digital de la revista ‘Proceedings of the National Academy of Sciences’ (PNAS).

Los investigadores, dirigidos por Steven Brown, descubrieron que el hipotálamo cerebral actúa como un reloj central para el organismo, pero que lo hacen mediante la sincronización de todas las células individuales, que tienen sus propios relojes.

La investigación previa había sugerido que la preferencia de los humanos por levantarse pronto o tarde podría estar determinada por la longitud del periodo circadiano en las células del organismo.

Los autores obtuvieron las biopsias de las células de la piel de 28 voluntarios y insertaron un gen bioluminiscente en las células. Descubrieron que las células tratadas se iluminaban progresivamente o disminuían en luminosidad, según la fase circadiana. Los autores midieron entonces esa luminosidad para determinar la longitud de los periodos de las células.

Los investigadores determinaron que las células de la piel de quienes se levantaban más temprano tenían periodo de luminiscencia más cortos, mientras que aquellos de los que se levantaban más tarde los tenían más largos.

Según los investigadores, debido a que muchas de las reacciones de las células de la piel de los voluntarios estaban en el rango intermedio, los autores sugieren que otros factores distintos a la longitud del periodo de las células podrían influir en la fase circadiana para levantarse antes o después. Los investigadores concluyen que su trabajo podría conducir a un cribado clínico para identificar tratamientos para pacientes con ritmos circadianos extremos.

AUTO MASAJE
Se puede hacer, pero en cierto modo sencillamente no es lo mismo.
Se presentan varios problemas. Lo más obvio, naturalmente, es que habrá ciertas zonas del cuerpo que no podrá alcanzar. Y otras en las que no conseguirá la fluidez adecuada ni la misma facilidad para ejercer presión.

Esto es, sin embargo, lo menos importante. Lo grave es que la persona no puede relajarse totalmente. No es posible relajar una parte del cuerpo mientras otra conserva la tensión: el cuerpo está demasiado interconectado como para eso.
Además, la atención se divide. Cuando aplica un masaje, debe concentrarse en la actividad de las manos; al recibirlo debe procurar dejarse llevar por las sensaciones que le produce, dejar que se hagan cargo de usted. Intentar realizar ambas cosas al mismo tiempo significa que no podrá dedicarse realmente a ninguna. Un masaje aplicado en esas condiciones no puede sino resultar superficial.
Y, lo que es crucial, no se produce ninguna comunicación ni intercambio de energía cuando es uno solo el aplicado. Desaparece el aspecto expresivo del masaje y lo que queda es algo completamente mecánico, una técnica física y nada más.
Después de lo anterior, permítame agregar que creo que el auto masaje tiene también aspectos positivos. En primer lugar, si se siente entumecido o cansado, puede algunas veces ayudarle a reanimar el cuerpo. En segundo lugar, creo que mantener una sana relación física de este tipo consigo mismo tiene ciertas compensaciones psicológicas. Aprender a tocar el cuerpo es una buena manera de aprender a aceptarlo. Finalmente -y éste es su verdadero valor para la práctica del masaje- puede decirle mucho sobre lo que resulta agradable o desagradable en un masaje. Le puede enseñar algo sobre la arquitectura subyacente de huesos y músculos, acerca de los efectos de la mayor o menor presión, y muchas cosas más.
Puede usarlo como una valiosa herramienta de exploración e información sobre los efectos del masaje. Mientras más sepa sobre su propio cuerpo, más sabrá sobre el de los demás.
Creo que las mejores técnicas para el auto masaje son los amasamientos, estrujamientos, la presión firme con las puntas de los dedos y los palmoteos. No es necesario usar aceite; de hecho, casi totalmente inútil; los toques que lo necesitan no pueden ser aplicados en estas circunstancias a causa de la imposibilidad de imprimirles suficiente fuerza.
No son muchas las indicaciones específicas que necesita que le proporcione. Sencillamente, presione, estruje y palmotee donde pueda; explore y experimente. A continuación, describo algunas manipulaciones que puede intentar.

SUSHI DE SURIMI

(para 3 rollos- 18 piezas)
2 barritas de surimi (imitación cangrejo)
1 taza de shari (arroz para sushi preparado)
1 rebanada de salmón, partida en 18 pedacitos
2 hojas de alga cortadas a la mitad
18 trocitos de aguacate
18 cubitos de queso crema
mirín (vinagre de arroz)
Con la punta de un cuchillo corte superficialmente una barrita de surimi por la parte anaranjada, a lo largo y separe las capas con cuidado.
Acomode 1/3 parte de las tiras de surimi sobre el maki-su protegido con una capa de plástico, de tal manera que quede bien cubierto.
Encima distribuya el arroz y ponga una tira de alga, trocitos de salmón, aguacate y queso, dejando un centímetro de distancia.
Con ayuda del maki-su enrolle apretadamente el arroz hasta formar un rollo firme. No se enrolla el tapete, sólo el alga y el arroz y rebane con el cuchillo mojado en mirín.
Repita los pasos para hacer los otros dos rollos.

Trabaje acostado de espaldas, o sentado. Lo primero es mejor para la cara, lo segundo resulta más apropiado para el cuero cabelludo. El masaje facial es más o menos el mismo que se aplica a otra persona. No utilice los pulgares en la frente, sino los otros dedos. Para el cuero cabelludo aplique una prolongada y vigorosa fricción.
Cuello y parte superior de la espalda (1). Recuéstese de espaldas. Presione con fuerza a ambos lados de la espina dorsal. Mueva las puntas de los dedos sobre el lugar que comprimen. Comience inmediatamente debajo de la nuca tratando de llegar lo más lejos posible por la espalda (probablemente no será más allá de un punto situado a la altura del borde superior de los omóplatos). Desde este punto continúe hacia los lados siguiendo el contorno del hueso.
Cuello y parte superior de la espalda (2). Siéntese y deje caer la cabeza (sólo la cabeza) hacia adelante tanto como pueda. Luego presione con fuerza con la punta de los dedos; haga pequeños movimientos circulares inmediatamente bajo el comienzo de la base del cráneo. Trabaje unos 5 cm. hacia un lado de la columna y otros 5 hacia el otro. En seguida levante la cabeza y relaje totalmente el hombro y brazo de un lado. Con los extremos de los dedos presione fuertemente junto al borde superior del omóplato; desplace los dedos lentamente mientras presiona. Recorra lentamente todo el contorno del hueso. Primero desde el hombro hacia la columna y luego hacia abajo, hasta donde pueda llegar (no será muy lejos). Pecho. Amase y presione con las puntas de los dedos, estando sentado o recostado. Abdomen. Frote con movimiento circular usando una mano. Luego presione y amase suavemente con las puntas de los dedos. Costados del torso. Amase y friccione. Parte central e inferior de la espalda. Esto es un poco más difícil. Los animales que frotan el lomo contra el tronco de un árbol son los que han encontrado la mejor solución. Lo único efectivo que sé que se puede hacer es apretar las puntas de los pulgares con toda su fuerza contra los lados de la columna. Comience unos 3 o 4 cm. más arriba de la base, presione con fuerza durante cinco segundos más o menos, y luego deslice los dedos hacia arriba un centímetro y presione, de nuevo. Ascienda hacia la parte central todo la que pueda.
Piernas (1). Siéntese en el suelo o sobre una cama con las piernas extendidas. Amase y presione con las puntas de los dedos.
Piernas (2). Recuéstese de espaldas con las piernas apoyadas contra la pared o contra un mueble. Baje un pie de manera que quede a su alcance.

Trabajando desde el pie hacia abajo, amáselo y comprímalo, incluyendo también toda la pierna. Repítalo todas las veces que quiera, pero siempre hacia abajo. (Esto ayuda a vaciar las venas hacia el corazón) Nalgas. Amase, de pie, o recostado sobre el estómago. Pies. Aquí puede realizar un trabajo verdaderamente efectivo, especialmente en la planta. Siéntese en una silla y apoye un pie sobre el muslo opuesto. En esta posición puede trabajar cómodamente y ejercer bastante presión sobre toda la planta. Luego, utilizando todos los dedos, masaje el resto del pie, sin olvidar los dedos. Todo el cuerpo. ¡palmotee! Palmotee con la mano extendida todos los centímetros del cuerpo que tenga a su alcance. Incluya la cara, haciéndolo con más suavidad. Resulta más divertido -y más rápido- que cualquier otra forma de auto masaje. Eso es todo!!

Remedios Caseros – Hipo:

Beba lentamente un vaso de agua
Mantenga una cucharadita de azúcar dentro de la boca, y chupe lentamente
Aguante la respiración lo más que pueda, repita hasta que el hipo se haya ido
Respire dentro de una bolsa de papel.

Colóquese de pie o de rodillas, de modo que enfrente la parte superior de la cabeza de la persona. Aplique una pequeña cantidad de aceite sobre los dedos, pero no lo extienda sobre el rostro. La superficie de la cara es muy reducida y necesita muy poco aceite; bastan unas pocas gotas sobre los dedos.
La forma más natural de iniciar el masaje de la cabeza es masajear la cara, comenzando por la parte superior de la frente y continuando sistemáticamente hacia el mentón; luego, seguir con las orejas, el cuello y finalmente el cuero cabelludo.
Recuerde que la estrella * no indica que un toque sea mejor que otro, sino que es parte del masaje breve que mencionamos en la página.
* 1 Por lo general, lo primero que hago es apoyar ligeramente las palmas sobre la frente de la persona, durante un momento. Cúbrala con los «talones» de la mano, dejando extendidos los dedos hacia las sienes. No aplique ninguna presión. Deténgase allí mientras sienta que le resulta cómodo: unos pocos segundos, medio minuto, lo que- sea. Concéntrese en sí mismo. Deje que la persona se acostumbre a su tacto.
2 Comience a masajear la frente con las yemas de \ los pulgares. Primero divídala mentalmente en franjas horizontales de 1,5 cm de ancho. Luego, comenzando desde el centro de la frente junto al nacimiento del pelo, deslice ambos pulgares en direcciones opuestas siguiendo la franja superior. Presione con moderación. Use más o menos la misma intensidad que necesitaría para pegar una estampilla. Continúe el movimiento hasta llegar a las sienes, un sitio sorprendentemente sensible, y termine allí haciendo un círculo de 1 ,5 cm de diámetro.
Levante inmediatamente los pulgares, vuelva al centro de la frente y comience con la segunda franja, moviendo nuevamente los pulgares desde el centro hacia los lados. Continúe trabajando en forma progresiva hacia abajo, cubriendo cada una de las franjas, terminando con la situada inmediatamente sobre las cejas. No olvide concluir cada movimiento con un pequeño círculo sobre las sienes -una rúbrica que no es estrictamente necesaria, pero que le sentará muy bien al que la recibe-.
* 3 El toque siguiente se aplica en el borde de las órbitas de los ojos. Primero, presione con las yemas de los índices el borde óseo de las cuencas, en la parte en que se conectan con la nariz. Comprima con fuerza durante un segundo. Luego levante los dedos y desplácelos alrededor de 1 centímetro a lo largo de la parte superior de cada borde y comprima de nuevo. La presión aplicada de esta manera es buena para los senos, y en este lugar en particular resulta mejor que la frotación.
Continúe de esta manera desplazando los dedos alrededor de 1 centímetro cada vez, hasta que llegue al extremo exterior del ojo (el más alejado de la nariz). Luego vuelva junto a la nariz y comience de nuevo, esta vez trabajando a lo largo de la parte inferior de la cuenca.
4 En seguida los ojos.
¿Averiguó al comienzo si la persona llevaba lentes de contacto? Si no lo hizo, éste es el momento de preguntárselo.
Pase ligeramente las yemas de los pulgares sobre los párpados cerrados. Comience junto ala nariz y deslícelos hacia los lados. Proceda con lentitud y ejerza un mínimo de presión que le permita sentir que el globo del ojo se mueve suavemente al pasar el dedo.
Hágalo tres veces, moviendo los pulgares en la misma dirección y levantándolos para volver al punto de comienzo cada vez.
5 Coloque ahora las yemas de los dedos índice y cordial a los lados de la nariz, un poco más abajo del borde de la cuenca donde comenzó el toque anterior.

Presionando firmemente, deslice las puntas siguiendo el borde inferior de los pómulos, cruzando las mejillas en dirección a las orejas y volviéndose luego hacia las sienes para realizar allí un círculo final. Los bordes inferiores de los pómulos, en el caso de que haya olvidado su «geografía», comienzan aproximadamente a la altura de las aletas de la nariz. Si presiona con firmeza y concentra su atención en el tacto, sus dedos encontrarán fácilmente la dirección que deben seguir . Aplique este toque dos veces por lo menos. La segunda vez deténgase un poco en los bordes de los pómulos, trabajando los músculos con un movimiento circular .
Haga que cada dedo se mueva en un círculo de 112 cm o menor, presionando con fuerza y sin levantarlo. Explore hacia adentro, sin prisa. Esta pequeña área es un centro de tensión facial. Un poco de trabajo extra en esta región tiene efectos de gran alcance. Con esto completa la cara. Deslice ahora suavemente los dedos hacia las orejas.
6 Las orejas siempre me han parecido una de las partes más curiosas del cuerpo y me resulta muy agradable recibir masajes en ellas. Presento a continuación una serie de formas de trabajarlas. La elección depende de cada cual. Le sugiero que las primeras veces no masajee ambas orejas al mismo tiempo.
A medida que adquiera práctica, encontrará que lo puede hacer sin dificultad.
Primero deslice las puntas de los dedos, en una y otra dirección sobre la parte posterior de la oreja, donde se conecta con la cabeza. Ejecute movimientos suaves y uniformes.
El paso siguiente consiste en seguir con el índice, suavemente, las cavidades naturales del interior de la oreja. Trabaje desde la periferia hacia el centro. Deténgase sólo cuando sienta que va a cerrar el conducto. Si hasta el momento ha trabajado en una sola oreja, repita el mismo procedimiento con la otra.

Finalmente, dígale a la persona que escuche los sonidos del interior de su cabeza y luego, con mucha lentitud y delicadeza, cierre los conductos de los oídos con las puntas de los dedos (cerciórese de que sean los dos, no serviría de nada obstruir uno solo). Manténgalos cerrados entre 15 y 30 segundos. Esto último no agrada a todo el mundo, pero a muchos le resulta una experiencia grata.
7 El toque siguiente le parecerá extraño y puede que se sienta incómodo al aplicarlo.
No ofrece mayores complicaciones, sin embargo, y la persona experimentará una sensación muy placentera. Con ambas palmas, cubra ligeramente el rostro con los talones de la mano en la frente y las puntas de los dedos sobre el mentón. Conserve las manos en esa posición durante un momento y luego hágalas resbalar suavemente hacia los lados, pasando por encima de las orejas, hasta que los dedos meñiques descansen sobre la mesa.
En seguida, presione con las manos, como si fuera a juntarlas. Cerciórese de que no cubran las orejas. Encoja su cuerpo ligeramente y mantenga los codos hacia afuera de modo que le permitan hacer la mayor fuerza posible. Comience con una presión leve y luego auméntela gradualmente hasta que (a menos que tenga usted una fuerza descomunal) llegue un momento en que esté aplicando toda la presión que pueda. Luego disminúyala en forma igualmente gradual.
Después de aliviar la presión, mantenga las manos en la misma posición unos segundos antes de pasar al toque siguiente.
Es el momento de trasladarse al cuello.
8 Coloque ambas manos con las palmas hacia arriba y los dorsos pegados a la mesa bajo la nuca de la persona. Luego, curvando un poco los dedos, tamborilee sobre el cuello. Oprima con fuerza como si estuviera golpeando las teclas de un piano.
Recorra el cuello de arriba abajo, y la parte de la espalda (no será mucho) próxima a la espina dorsal que pueda cubrir cómodamente.

9 A continuación, ponga las manos bajo la nuca de la persona, levante la cabeza suavemente y vuélvala hacia la izquierda con lentitud, hasta que descanse cómodamente sobre su mano izquierda. Si advierte cierta resistencia o un intento de ayudar en el movimiento, pídale que suelte la cabeza como si fuera a dejarla caer sobre la mesa. Si después de esto todavía tiene problemas para relajarla, le ayudará levantarla y bajarla varias veces.
En seguida, haga girar lentamente el talón de la mano derecha sobre la parte superior del hombro, mientras sus dedos recorren primero el lado y luego la parte posterior del mismo, para continuar por la superior de la espalda hacia la espina dorsal; entonces, justo antes de alcanzarla, desvíese al cuello.
Continúe hasta que las puntas de los dedos lleguen al nacimiento del pelo, luego vuelva la mano girando en 90° de manera que esta vez sus dedos queden apuntando hacia arriba, perpendiculares al cuello, y aplicando menor presión devuélvase recorriendo esta vez el lado del cuello. A continuación, moviéndose desde su base, cruce la parte superior del pecho directamente hacia » el hombro. Desde allí puede comenzar nuevamente el mismo toque sin detenerse. Repítalo tres o cuatro veces. Los dos toques siguientes se hacen también con la cabeza inclinada hacia un lado. Prefiero hacer los tres seguidos en el mismo sitio antes de volver la cabeza para trabajar en el otro costado.
10 Con la cabeza todavía vuelta hacia la izquierda, mueva lentamente los dedos de la mano derecha formando círculos de unos 2 cm de diámetro, sobre la parte posterior del cuello. Presione con firmeza. Trabaje esa zona hasta la línea del nacimiento del pelo. Luego, con mayor suavidad, haga los círculos al costado, volviendo hacia la base. Cubra toda el área que va desde la parte inferior próxima a la oreja hasta la clavícula.
Repítalo otra vez.
11 Manteniendo la cabeza en la misma posición, localice con las puntas de los dedos de la mano derecha el borde óseo donde el cuello se une a la parte posterior del cráneo.

Mueva las puntas de los dedos describiendo pequeños círculos inmediatamente bajo este borde. Presione firmemente.
Palpará una especie de surco que se extiende horizontalmente a través del cuello. Sígalo con los extremos de los dedos.
Si tiene dificultades para hallar el lugar exacto, interrogue a la persona. Este toque produce una sensación de agrado que ella reconocerá inmediatamente una vez que usted haya localizado el sitio.
12 Termine su trabajo en el cuello levantando la cabeza del sujeto hacia adelante, lo más que pueda. Use ambas manos y realice un movimiento muy lento.
Notará cierta resistencia un poco antes, o poco después, de que el mentón toque el pecho. Deténgase un momento cuando haya llegado a este punto. Luego, con suavidad, empuje la cabeza hacia adelante un par de centímetros más. Vuelva la cabeza al punto anterior e inténtelo una o dos veces más. Si no basta un esfuerzo mínimo y delicado, vuelva la cabeza hacia atrás.
Después retire suavemente las manos hasta perder contacto con el sujeto.