Category: Vinos y Licores


El Coñac (del francés cognac, y éste, de Cognac, ciudad francesa) es un tipo de Brandy que se elabora a partir del vino de uva blanca de las cepas cultivadas cerca de la mencionada ciudad, en el terreno cálido del departamento de Charente (Francia). La caliza del suelo contribuye a la calidad del coñac, debiendo su exquisito sabor y fragancia a los métodos de destilación y maduración de al menos dos años en cubas de roble. Una bebida similar al cognac es el Armañac, que toma el nombre de la región de Armagnac (Francia), y el Calvados, bebida elaborada en la región de la Basse-Normandie. La ciudad de Cognac es una de las tres regiones con la denominación europea para elaborar Brandy. Las otras dos son Armagnac y Jerez de la Frontera.

Existe una confusión extendida en España entre Brandy y Coñac. El Brandy es un tipo de bebida, mientras que Coñac es un tipo de Brandy que procede de la región de Coñac en Francia, el cual tiene un proceso específico tanto para su destilación (debe ser destilado dos veces) como de selección de uvas destinadas su producción. A pesar de ser una diferencia bastante clara, es habitual hablar de un «Coñac de Jerez» cuando en realidad se quiere hablar de un Brandy de Jerez.

Regiones de producción y definiciones legales

La región de Cognac (que es técnicamente una commune en Francia département de Charente) está dividida en seis áreas de cultivo, también denominadas crus (en singular cru), que cubren por completo el departmento de Charente-Maritime, una gran parte del territorio de Charente y unas cuantas zonas de Deux-Sèvres y la Dordogne. Los seis crus son en orden descendente en la apreciación de los coñacs que se elaboran en sus zonas: Grande Champagne, Petite Champagne, Borderies, Fins Bois, Bons Bois y Bois Ordinaires. Un coñac elaborado por el primero y segundo de estos crus (con al menos un 50% de la Grande Champagne) se suele denominar «fine champagne cognac» («champagne» proviene etimológicamente de la palabra arcaica suelo calcáreo, una característica de ámbas áreas).

Los aguardientes elaborados en estas áreas de Cognac deben cumplir unas reglas y requisitos para obtener la denominación de Cognac (bebida). Se controla y regula la producción, y si un aguardiente incumple la definición por fallo de algunos de sus requisitos, la oficina francesa del BNIC (Bureau National Interprofessionel du Cognac) puede retirar la definición de cognac para esa bebida. De esta forma, el brandy producido en cualquier parte del mundo fuera de Francia no puede ser denominado legalmente «cognac». Algunas de las reglas para lograr la definición son:

• Debe ser producido exclusivamente en la región Francesa autorizada para la producción del Coñac (El departamento de Charente-Maritime, gran parte del departamento de Charente y algunas areas designadas de los departamentos de Deux-Sèvres y Dordogne) con un vino procedente de unas ciertas variedades de uva.
• Debe ser obtenido a través de una doble destilación en unos típicos recipientes de cobre (Charentais).
• Debe ser envejacido en barriles de roble, proceso que le confiere el color y aroma característicos.

Muchos de los productores de cognac de la región de Cognac y de los alrededores planifican periódicamente visitas a las instalaciones para los visitantes que quieran conocer de cerca los pasos de la producción, promoviendo catas colectivas dedicadas exclusivamente a los visitantes.

Proceso de producción

El cognac está elaborado a partir del eaux-de-vie (literalmente «agua de la vida») que se produce de la doble destilación de los vinos producidos en ciertas áreas de cultivo. El vino suele ser muy seco (poco contenido de azúcares), ácido, no necesariamente destinado beber, pero con propiedades excelentes para el destilado. Se puede elaborar el vino de una lista cuidadosamente elegida de uvas. La destilación tiene lugar en recipientes de cobre (denominados en inglés pot still), asimismo conocidos como alambiques. El diseño y las dimensiones de estos recipientes están legalmente controlados. Tras las dos destilaciones se para el proceso de elaboración del cognac; el líquido resultante, denominado eau-de-vie, es un espíritu incoloro con un contenido alcohólico de aproximadamente un 70% de alcohol.

El cognac puede no ser apto para ser vendido al público, o no puede ser denominado realmente ‘Cognac’, hasta que no haya pasado al menos dos años envejeciendo en barricas de roble, contados siempre a partir del final del periodo de destilación (1 de abril hasta el siguiente año tras su recolección). Durante el envejecimiento, el porcentaje de alcohol (y agua) en el eau-de-vie’ disminuye a causa de la evaporación que permiten las paredes de las barricas de roble. Esta fase se denomina en el argot de la elaboración del cognac «part des anges», o compartición con los ángeles’, una frase que se menciona igualmente en la producción de whisky escocés. Un hongo negro que crece en las paredes de los barriles Baudoinia compniacensis, suele frenar la evaporación, sellando los poros de las paredes de los barriles de envejecimiento. El producto final es una mezcla de un porcentaje de 40% alcohol. Los productores de algunas marcas suelen añadir pequeñas proporciones de caramelo para colorear ligeramente los cognacs, por lo menos en una cantidad que no afecte al sabor final de la bebida.

Grados

Los grados no-oficiales para clasificar la calidad de los cognacs son:

• VS (Very Special) o *** (tres estrelllas), donde el joven brandy se almacena dos años en barricas.
• VSOP (Very Superior Old Pale), o Réserve, donde se madura en barricas de roble durante cuatro años.
• XO (Extra Old), Napoléon, Hors d’Age, donde el más joven brandy se almacena en barricas de roble durante seis años.

INGREDIENTES:
1 kilo de cerezas
400 grs de azúcar
2 botellas de coñac
2 clavos de olor
1 ramita o dos de canela

PREPARACIÓN:
Se limpian las cerezas, escurriéndolas BIEN de agua. Se colocan en un frasco de cierre hermético (de esos de gomilla), se añade el azúcar, los clavos, la canela y el licor.
Se deja reposar durante 4 semanas (al menos) en sitio oscuro, moviendo de vez en cuando hasta que el azúcar se termine de disolver. Una vez transcurrido ese tiempo se cuela con colador de tela y se embotella. Las cerezas pueden guardarse en recipientes pequeños cubiertas de licor, para consumirse aparte.

Carbenet Sauvignon (Tinta Clásica)Es la uva más famosa del viñedo mundial. Burdeos y concretamente el Médoc le deben su fama y prestigio. Ha podido también aclimatarse a zonas tan dispares como la llanura libanesa de Bekaa, la fría isla Sur de Nueva Zelanda o los secos suelos alicantinos en España, pero es en Médoc y California, los dos extremos climáticos, donde la Cabernet alcanza su óptimo desarrollo.

Los Cabernets californianos maduran con una fuerte insolación sin brumas, altas temperaturas y riego abundante. El resultado son vinos de alto grado (13% Alc.vol.), pero con acidez suficiente y una inconfundible nota balsámica, el toque de alcohol y el acento quemado de la rápida madurez de la uva.

La producción por cepa no solo es copiosa, sino que la cantidad de mosto es proporcionalmente menor, debido a la menor cantidad de hollejos y, por tanto, a la gran abundancia de compuestos fenólicos (color y taninos) en comparación con otras variedades. Estas características permiten un mayor y más seguro envejecimiento en tonel y botella, sin que la cepa pierda apenas la intensidad de color y acidez. El racimo no es demasiado espectacular: granos apretados, pequeños, esféricos y piel de gran espesor, y de color azul negro muy oscuro.

La gama de sabores que se pueden encontrar en los vinos elaborados con base en esta Cepa son: aceitunas, grosella, pimiento, chocolate, tabaco, cedro y menta.

Chardonnay (Blanca Clásica)

Reconocida como la cepa más noble del mundo, y dentro de las variedades blancas la primera con un papel destacado, la Chardonnay se ha extendido en todo el mundo vitivinícola, siendo su cultivo casi obligado para cualquier bodega que se precie más allá de la Borgoña, su lugar de origen.

Desde el punto de vista agrícola, es una cepa vigorosa de haz verde claro, con una baya pequeña esférica de color blanco ambarino y una buena riqueza en azúcar y, por tanto, suficientemente alcohólico. Cultivada en zonas frías, su gran extracto recompensa en posible exceso de acidez. En zonas cálidas, la pérdida de acidez por una mayor maduración no es tan acusada como en otras variedades. Sin embargo, exige grandes cuidados para poder desarrollar todo su potencial.

Enológicamente es un modelo de armonía y equilibrio. No ofrece la intensidad de los aromas florales de las uvas alsacianas o gallegas, ni la indefinición de otros vinos blancos con las habituales notas de manzana verde y uva fresca. Su nariz muy sutil, recuerda los frutos maduros, eventualmente la manzana, y con más edad aporta un punto de mantequilla o de nuez. Debe embotellarse como mínimo diez meses después de la cosecha. Esta uva es magnífica por su hollejo, que permite la maceración con el mosto previa a la fermentación. Una crianza con sus lías o una fermentación en barrica refuerzan su nobleza.

Su cultivo está extendido por todo el mundo. La sola inclusión de su nombre en la etiqueta es signo de distinción. Cuando la bodega adopta esta cepa no suele ser para mejorar sus vinos, sino para vender un estilo: la Chardonnay.

La gama de sabores que se pueden encontrar en los vinos elaborados con base en esta Cepa son: piña, pera, melón, melocotón, mantequilla, manzana, miel, vainilla y especias.

Chenin Blanc (Blanca Clásica)

Conocida también como Pineau, Pineau de la Loire, ó Pineau dAnjou, su patria, la Chenin Blanc se cultiva en Anjou desde el siglo IX. Los viticultores eligen para su cultivo suelos calcáreos, terrenos yesosos que inciden en el aroma del vino. Esta uva blanca da vinos de mesa, espumosos, semi-secos vigorosos y sobre todo, unos soberbios vinos licorosos, elaborados a partir de vendimias tardías, con una fuerte concentración de azúcar.

Salvando algunas excepciones, la Chenin Blanc no responde a su patrón varietal fuera de su país de origen. En California, por ejemplo, aunque su cultivo es más extenso que en el Loira, da vinos jóvenes, suaves, pero carentes de su perfil característico; y se nota en general, la falta de acidez.

La gama de sabores que se pueden encontrar en los vinos elaborados con base en esta Cepa son: nueces, mazapán, albaricoque (duraznos), miel y manzanas.

Merlot (Tinta Clásica)

En dialecto bordelés, Merlot quiere decir «petit oiseau noir» (mirlo), y la Merlot es la primera uva de la temporada que coincide con la época en que estos pájaros devoran sus bayas. Se emplea para vinos jóvenes, bastante débiles y, salvo excepciones, de calidad media.

La Merlot ha vivido siempre a la sombra de la Cabernet Sauvignon, considerada como una uva complementaria para mezclarla con esta y en menor medida con la Cabernet Franc. Hoy sin embargo, es habitual encontrar monovarietales de la cepa, la mayoría jóvenes, que se benefician de su gran fragancia.

Es el vino del aroma a cassis, confitura de bayas rojas y violeta. La baya tiene la piel menos gruesa que la Cabernet Sauvignon y madura antes que ésta, no tiene tanta intensidad ni taninos, y su color es menos profundo y concentrado, aunque, en contrapartida, es más rica en fruta y en azúcar. También alcanza su apogeo bastante antes que la Cabernet Sauvignon. Una de las ventajas de esta variedad es que se aclimata bastante bien a suelos diversos (acepta mejor que la Cabernet Sauvignon los suelos arcillosos y húmedos) y microclimas diferentes.

La gama de sabores que se pueden encontrar en los vinos elaborados con base en esta Cepa son: rosas, pastel de frutas, especias, menta, chocolate, grosella y ciruelas.

Pinot Noir (Tinta Clásica)

Por su finura y complejidad muchos la consideran la cepa tinta más selecta del viñedo mundial. Los mejores ejemplos de esta variedad se producen al norte de Borgoña, en la Cote d’Or. Necesita climas frescos, por lo que las experiencias de vinos monovarietales en Australia, California y Sudáfrica no han despuntado en exceso, y sí parecen más prometedores, por encontrarse en latitudes más adecuadas, los Pinot Noir norteamericanos de Oregón y los neozelandeses. Pinot aparece por primera vez en la lengua escrita en 1347, en alusión a su racimo compacto en forma de piña (pin en francés).

La baja productividad es esencial para obtener vinos de calidad; en Borgoña la norma se sitúa en torno a los 25 hl/ha. Sólo así se asegura que su piel dura conserve la riqueza colorante que la caracteriza. Por su sensibilidad a la Botrytis se adapta mejor a los suelos profundos y bien drenados, aunque crece también en los terrenos calcáreos de Champaña, donde interviene en la elaboración de sus espumosos y en los afamados Blanc de Noirs.

La gama de sabores que se pueden encontrar en los vinos elaborados con base en esta Cepa son: rosas, cerezas, violetas, frambuesa y fresas.

Riesling (Blanca Clásica)

Muy extendida por todo el mundo desde Alemania, su país natal, es la variedad que mejor se adapta al clima de estas tierras del Norte de Europa, y hay quien afirma que esta cepa produce los mejores vinos blancos, muy diferenciados del resto por su fuerza, un bouquet floral, meloso y a veces especiado y un gusto agradable; además, pueden alcanzar una gran longevidad. Comparte con la Sauvignon Blanc un aroma exuberante, algo acídulo, aunque es más compleja y larga en la boca.

Los sabores que se pueden encontrar en los vinos elaborados con esta Cepa son: membrillo, manzanas asadas con especias, miel, manzanas verdes y naranja.

Sémillon (Blanca Clásica)

Apreciada por su longevidad, se une a la madera tan bien como la Chardonnay, pero a diferencia de ésta es raro encontrarla sola, y normalmente une sus fuerzas a la Sauvignon Blanc en los vinos secos y licorosos de Burdeos. Son estos últimos reconocidos como Sauternes, los que han extendido su fama por todo el mundo. Un Sauternes de un buen año puede convertirse en un placer sublime: dulce, de rica textura, aroma a flores y brillante color dorado. El más famoso de todos, el Chateau dYquem.

Curiosamente, la mayor extensión de cultivo de la variedad no se registra en Francia, sino en Chile, donde se suele unir a su tradicional compañera de viaje, la Sauvignon Blanc, al igual que ocurre en California, para sus vinos secos y dulces. Los mejores vinos en los que participa son dulces y alimonados en su juventud, pero adquieren con el paso de los años un toque de caramelo y un sabor amplio; en nariz, resultan más minerales que afrutado

La gama de sabores que se encuentran en los vinos elaborados con esta Cepa son: cítricos, miel, hierba, pan tostado y lanolina.

Sauvignon Blanc (Blanca Clásica)

La Sauvignon Blanc está en la tendencia actual de blancos frescos y con nervio. Los mejores Sauvignon hay que buscarlos en el país de origen de esta variedad. Etimológicamente deriva del latín silva (bosque), y está compuesta por los vocablos franceses sauvage, (salvaje), y vignon, (viña), lo que hace pensar que podría tratarse de la adaptación de una viña salvaje existente en Francia.

La Sauvignon Blanc es, en alianza con la Sémillon dentro de los Grands Crus de Sauternes, uno de los más interesantes y duraderos maridajes. La cepa ha viajado por todo el mundo y está presente en Europa y las nuevas regiones vinícolas. Además se funde con la Verdejo en los Rueda Superior o se destina a monovarietales de intenso aroma y con notas de fruta madura. Sus vinos se caracterizan por su gran intensidad y una fuerte potencia aromática que recuerda a frutas tropicales (maracuyá, toronja, plátano).

La gama de sabores que se pueden encontrar en los vinos elaborados con esta Cepa son: hojas de grosella, hierba recién cortada, uva espina y espárragos.

Syrah (Tinta Clásica)

Es la tercera variedad tinta, que junto a la Cabernet Sauivignon y la Pinot Noir, comparte prestigio y honores. Sus mejores vinos se sitúan cerca de los grandes Borgoñas y Burdeos. No hay que confundir la variedad, también llamada Petite Syrah con la Grosse Syrah ó Mondeuse. La uva de calidad es la primera. La Syrah se asienta bien en suelos graníticos, guijarrosos e incluso arcillo-calcáreos.

El origen de la cepa podría estar en la ciudad Persa de Schiraz, en el actual Irán, o bien en Siracusa (Sicilia). Su llegada al valle del Ródano podría haberse producido de manos de los colonos griegos.

La Syrah o Hermitage, como también se le conoce, ha sido la base principal de los tintos de mesa Australianos desde hace un siglo, pero no se ha reconocido como vino de calidad, digno rival de sus colegas franceses, hasta hace poco. Asimismo se encuentra en California, en Nueva Zelanda, Italia, Grecia, Sudáfrica, Brasil, México y Argentina.

La gama de sabores que se encuentran en los vinos elaborados con esta Cepa son: grosellas, frambuesas, zarzamora, especias, pimiento y alquitrán.

INGREDIENTES
1 litro de aguardiente
Cortezas de mandarina
1 una mandarina entera pinchada por todas partes
1/2 litro de agua
1/2 Kg. de azúcar

PREPARACIÓN:
Ponemos el aguardiente en un frasco de 2 litros de capacidad y se rellena bien con cortezas de mandarina y la mandarina entera, se cierra el frasco y se deja en maceración de 2 a 3 meses. Se prepara una olla y separamos las cortezas del aguardiente, se ponen en la olla junto con el agua y el azúcar, se deja hervir a fuego lento como 20 minutos, dando vueltas sin parar con cuchara de madera. Apartamos y dejamos enfriar, una vez fría se cuela y se mezcla con el aguardiente, en caso de que esté fuerte se puede rebajar con un poquito de agua y también rectificar con un poquito de azúcar, dejándolo a gusto. Se envasa y ya está listo para cuando nos apetezca.
Espero que te guste pues queda muy fino.

Con el menú listo para su cena, el siguiente paso para una noche especial e inolvidable es elegir el vino adecuado, para ello le damos las siguientes opciones:
Aperitivos. La finalidad de esta bebida es ir preparando al comensal para el posterior disfrute de la comida que se servirá. Por lo tanto es preferible servir vinos blancos o un espumoso seco acompañado con entremeses como: quesos, vegetales secos cortados en forma de palitos acompañados de una crema ligera. Los aperitivos se sirven de preferencia en la sala, antes de pasar al comedor para la cena.

Vino para la cena

Vinos espumosos secos. Además de servirse con los aperitivos, acompañan perfectamente a los mariscos crudos o cocidos, ensaladas a base de mariscos y pescados hervidos, verduras, pastas y arroz con salsas delicadas.

Vinos blancos secos y afrutados. Excelentes sustitutos de los vinos espumosos, que de igual manera armonizan muy bien con los mariscos crudos, pescados hervidos, verduras, pastas y arroz con salsas delicadas.

Vinos blancos aromáticos y añejos. Son ideales para acompañar las pastas y los arroces con salsas aromatizadas, las verduras o los champiñones, los huesos, el pescado preparado al horno o guisado y los quesos de cabra frescos.

Vinos blancos añejados en barriles. Son vinos que tienen un delicioso sabor y olor; se sirven con paté, aves, pescados como la trucha, así como los preparados a la parrilla.

Vinos rosados de sabor delicado. Se sirven con jamón crudo, salchichones, mortadelas, etc. Con la pasta rellena o gratinada; aves y carnes blancas con salsas aromatizadas, trufas y quesos frescos.

Vinos tintos jóvenes. Los mejores para acompañar a los frijoles (caraotas, habichuelas, judías secas), sopas cocidas con legumbres, sopa de cebolla; carnes blancas guisadas, las carnes rojas asadas, los pescados grasos, las sopas de pescado bien condimentadas y con los quesos semiañejados.

Vinos tintos añejados. Ideales para acompañar las carnes rojas, el cerdo preparado en salsa, los asados, y los quesos de sabor fuerte.

Vinos espumosos, dulces o aromáticos. Perfectos compañeros de los dulces ligeros, así como de los pasteles, las ensaladas de frutas y los mousses.

Vinos para postres. En esta categoría se encuentran el vino de Marsala, el Oporto y la Mistela, entre otros. Excelentes para acompañar el chocolate y los turrones.

Los vinos envejecidos o tintos añejos, se deben servir en una copa amplia con boca relativamente estrecha, para evitar que el aroma se pierda.

Los vinos tintos se presentan en una copa con boca menos ancha, y la «panza» menos pronunciada que la anterior.

Los vinos blancos se pueden servir en copas tipo «tulipán», llamadas así por tener la forma de esta flor.

Los vinos rosados, para éstos se emplean copas de medianas dimensiones en forma de campana.

Los vinos espumosos se pueden servir en dos tipos de copas: la tradicional para champán, que es ancha y najita y la estilo «flauta», que es alta y estrecha, su forma evita que las burbujas del champán u otro vino espumoso se pierdan con rapidez.

Tips para la conservación de los vinos

* Los vinos son fermentos de la uva, es materia viva dentro de la botella. Por eso se deben consumir lo más frescos posibles.

* Lo ideal es que permanezca en un lugar oscuro y fresco, con la botella acostada para que el líquido esté en contacto con el corcho y así no le entre aire y se vuelva a fermentar.

*La fecha que aparece en la etiqueta indica el año de cosecha. El vino blanco debe ser lo más joven posible para que se pueda sentir su aroma, finura y color ideal. Para el vino tinto tenga cuidado, no todos son para guardar indefinidamente; los jóvenes también se deben consumirse pronto, sólo los que han tenido maduración en madera se pueden guardar más tiempo.

* El vino blanco se debe tomar a una temperatura de 7 a 8 grados y el vino tinto de 17 a 18 grados. Tomarlos a temperatura ambiente no siempre es lo ideal, sobre todo en ciudades cálidas. Se recomienda refrescar el vino en un poco de agua con hielo para que llegue a 18 grados y pueda disfrutar de sus aromas y sabores. No es agradable tomar un vino blanco a una temperatura mayor a los 8 grados, ni un vino tinto a más de 18 grados; muy caliente se siente pesado y ácido.

* Una botella incompleta puede guardarse en el refrigerador, bien tapada, durante 2 ó 3 días.

* Nunca debe servirse la copa hasta el borde, sólo debe llenarse un tercio de ella para que pueda moverse el vino y se disfruten los aromas que desprende.

* Las copas no deben lavarse con jabón; con agua caliente es suficiente para su limpieza pues el jabón queda en la copa y cambia el sabor.

* Elija para sus alimentos el vino que más le ayude a realzar los sabores, recuerde que la comida acompaña al vino y no el vino a la comida. Debe equilibrar los sabores fuertes con vinos de cepas más densas, vinos jóvenes o poca madera con comidas ligeras no muy condimentadas.

* Decante su vino cuando tenga tiempo de guardado; los vinos blancos no se decantan.

INGREDIENTES:
4 yemas
6 tazas de leche
1 taza de azúcar
1/2 taza de almendras
Ron al gusto

PREPARACIÓN:
Remoje las almendras en agua hirviendo y pélelas. Luego, licue las almendras con un Poco de leche hasta que no tenga grumos. Hierva la leche y agregue el azúcar y las almendras licuadas. Mueva continuamente con pala de madera hasta que espese un poco. Retírelo del fuego. Bata las yemas con el ron y añádalas, poco a poco, sin dejar de mover hasta que queden bien incorporadas a la leche. Deje enfriar y envase en botella de vidrio.

Receta de Licor de piña

INGREDIENTES
2 litros de aguardiente de orujo
2 piñas naturales, limpias y cortadas en trocitos la piel de una naranja y de un limón (sin lo blanco) en tiritas Almíbar que se hace dejando hervir 15min y luego enfriar:
1/2 kg. de azúcar,
1/4 l. de agua,
4 cucharadas de zumo de limón,

PREPARACIÓN:
Dejar macerar la piña, el almíbar frío y el aguardiente durante tres días. Pasado este agregar las tiritas de las pieles de la naranja y el limón, dejando macerar durante tres semanas con el tarro bien cerrado.

A las tres semanas se filtra y se embotella.

Desde hace siglos, el anís se ha convertido en uno de los licores más simbólicos asociados a la celebración de Navidad y la llegada del Año Nuevo. En esta temporada de frío, nada mejor que mantener la buena costumbre de compartir un momento cálido con la familia y los amigos y degustar juntos una copa de anís para acompañar el café, el postre o simplemente la charla de sobremesa.El anís es una bebida milenaria muy conocida por su aromática fragancia. En la Europa Medieval se le reconocían virtudes medicinales estomacales, de ahí su extendido uso y fama de buen digestivo. Los grandes conocedores y bebedores saben que el anís de mejor calidad proviene de España y prefieren por mucho el auténtico anís de la tierra del Chinchón, el único 100% destilado que aún en nuestros días se elabora de forma artesanal.

La elaboración de anís en Chinchón, localizada a 45 kms. al sureste de Madrid, data de mucho tiempo atrás. Se conocen documentos del año 1700 que confirma la presencia en la localidad de una Real Fábrica de anises. En 1991 se creó la Cooperativa de Anís de Chinchón, cuyos tradicionales criterios de calidad en la elaboración se mantienen avalados por la Denominación Geográfica de Chinchón desde 1989. Sólo las empresas acogidas a esta denominación de origen y de calidad pueden utilizar el término “Chinchón” en sus anises.

La calidad del afamado Chinchón de la Alcoholera radica principalmente en la elaborada y cuidadosa destilación, en alambiques de cobre de anís matalahúga, previa maceración en alcohol y agua.

Este destilado de anís, caracterizado por un aroma amplio y sabor agradable, es la base para la elaboración de los anises de Chinchón. Sólo el “centro” del destilado, que habrá de tener una graduación alcohólica entre 74 y 79% vol., es susceptible de ser utilizado en la elaboración del Chinchón.

Existen dos tipos de Chinchón de la Alcoholera: Dulce, con una graduación del 35% vol. y seco, con una graduación del 47% vol. Se recomienda servir sólo o con hielo.

Asimismo, el Anís Chinchón se emplea como ingrediente tanto en la preparación de platos salados, dulces como en panadería y repostería donde se convierte en un elemento de primera línea. La empresa Chinchón de la Alcoholera S.A forma parte González Byass, grupo vitivinícola español que desde hace más de 170 años ha apostado por la investigación y la calidad de productos, al realizar grandes inversiones en viticultura, vinificación y crianza.

Cócteles

El anís es tan versátil que puede degustarse de varias formas, en la coctelería es muy recurrido.

Anís Campechano con Moscas

Mezclar:
1 oz. de Anís Chinchón Dulce
1 oz. de Anís Chinchón Seco
Hielo al gusto

Servir en copa coñaquera y en un plato ponga granos de café para que se agreguen al gusto a la bebida.

Chimborazo

Mezclar:
1 oz. de Chinchón Dulce
¼ oz. de Crema de Menta
Hielo Frappé

Licuar y agregar una cucharada de leche condensada. Se recomienda acompañar el cóctel con helado.

Anís resinero

INGREDIENTES
4 ó 5 piñas verdes de Mayo (piñas de pino, claro)
1 botella de anís
La cáscara de una naranja

PREPARACIÓN:
Se cortan las piñas en 4 cachos y se echan en un tarro junto con la cáscara de naranja y el anís. Dejarlo macerar durante dos meses, aproximadamente.

En la siguiente tabla ponemos a modo orientativo, qué tipos de vinos son los más apropiados para cada tipo de comida.Tabla Orientativa

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Vinos Blancos y Vinos Secos Consomés
Sopas de Pescado
Mariscos y Pescados
Asados de carne blanca (vinos con vigor)

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Vinos Blancos Dulces y Vinos Generosos Frutas
Pasteles
Dulces

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Vinos Rosados y Claretes Jóvenes Pastas italianas
Pizzas
Fiambres
Comidas ligeras

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Vinos Tintos Ligeros Carnes rojas
Asados
Caza
Quesos fermentados
Arroces
Verduras

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Vinos Tintos de Reserva Carnes rojas
Caza
Quesos fermentados y de sabor incisivo

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Cavas y Champagnes Grandes asados
Platos de caza
Postres (semiseco)
También en todo el menú