Category: Relaciones Sentimentales


Lo que antes era trabajo del hombre, el tiempo lo ha cambiado; ahora son ellas las que seducen y ya no esperan a que su chico ideal se acerque; hoy en día las mujeres son las que deciden cómo, cuándo y dónde comenzar los juegos de seducción. Si como chica aún no tienes ni idea de las múltiples armas amorosas que existen, no te pierdas ninguno de los siguientes consejos.

Lo bueno del arte de seducir es ir combinando ingredientes hasta dar con la fórmula exacta. Para empezar como mujer, sabes que tienes el poder, que siempre eliges tú, y con muy poquito que hagas, podrás conseguir que cualquier hombre caiga rendido a tus pies. Para mejores resultados, práctica estas técnicas, seguramente lo volverás loco.

Técnica de la descarada: El mostrar una actitud descarada, es decir, que no te da pena nada, es una técnica muy útil, sin embargo para mostrarte así, se requiere de un gran preparación anterior, una imagen impecable y de mucho cuidado para evitar sustos. Comienza por unas cuantas miraditas atrevidas y enseguida con unos movimientos sugerentes, acompañados con una sonrisa perfectamente estudiada que le de un brillo especial a tus ojos; con esto lo tendrás completamente hechizado, finalmente sólo queda acercarte lentamente, tocándote el pelo, sonriendo levemente (no a carcajadas) y acercarte a su oído y susurrarle alguna frase graciosa o un «espérame aquí un momento». Es seguro que se mantendrá como una estatua esperando a que regreses del baño, a la barra o a la recamara en su luna de miel.

Técnica de la inocente: Las chica que da la imagen de no romper ni un plato, tiene un encanto especial. Y es que a los hombres les encanta asumir riesgos y presumir delante de sus amigos que se han ligado a la más inocente del grupo de amigas. Esta es una técnica que cuando no eres tímida ni callada, requiere de mucha paciencia y práctica, porque debes mostrarte dulce y que todo te sorprende.

Técnica de la graciosa: Si eres la chica que a todo mundo hace reír, explota esa capacidad para seducir al chico que te gusta, si no te has dado cuenta, tienes ante ti todo un mundo de posibilidades reservado sólo a las chicas con chispa como tú, utiliza esas poderosas armas : tu sonrisa y tus chistes. Si físicamente no eres una diosa, seguro que tu actitud alegre y tu permanente sonrisa harán que ellos quieran estar siempre contigo. Lo malo de esta técnica es que puedes convertirte en su mejor amiga o que piense en tí como si fueras su hermana y por consiguiente nunca te propongan nada más que una divertida tarde de chistes. Un consejo es que además de esa gracia natural, le añadas un poco de misterio y coquetería, así te convertirás en su chica preferida.

Técnica de la enojona: Hay muchos hombres a los que les gusta que los hagan sufrir, por eso los vuelven locos las chicas que ante un piropo, los matan con la mirada o que si les dicen algo le responden con palabras que los deja secos. Si quieres usar esta técnica, bájale un poco al tono y mejor opta por un pellizquito para que ellos coman de la palma de tu mano. Por ejemplo, si te dice ¡Qué guapa eres! debes responder de manera contundente: lo sé. Si te preguntan tu nombre, chuleate y contesta:¿Acaso no te enseñaron de pequeño los nombres de las diosas?. Esta, como toda técnica tiene sus riesgos, por que con esta actitud o te adoran o te mandan muy lejos.

Técnica de la sofisticada y glamorosa: Para esta técnica, lo primero que debes hacer es crearte una imagen fuerte, mucho maquillaje, ropa ajustada, bailes exóticos y posturas muy estudiadas. Esta técnica es muy gratificante al principio, porque te sentirás admirada, pero ten cuidado, porque puedes crearte una muy mala fama; todos te querrán para mirarte y adorarte, pero ninguno te querrá como novia y por otro lado corres el riesgo de quedarte sin amigas, ya que puedes provocar su envidia y su odio, por acaparar la atención de sus parejas.

Técnica de la misteriosa: Estrategia muy efectiva que en el fondo más les gusta a todos los hombres. Las mujeres difíciles y misteriosas, les resultan tan interesantes que se mueren por descubrir qué esconden. Para llevar a cabo esta técnica, muéstrate seria en algunas ocasiones, pero irónica en otras; aprende a mirar seria y fijamente a los ojos de los hombres, juega con las miradas, baja la vista a veces y mantenla otras, tócate el pelo lentamente, haz que tus gestos y movimientos sean pausados; nunca subas el tono de voz y elimina de tu vocabulario las palabrotas. Si él te habla de algo presta atención, pero no te quedes con la boca abierta, hazte la dura y por nada des tu número de teléfono ni tu dirección de correo electrónico a la primera oportunidad, date a desear, no demuestres en exceso tu interés por él y cuentale muy poco sobre tu vida. Con todas estas actitudes, tendrá demasiada curiosidad por conocerte más a fondo sin importar tus rechazos y desplantes, será tu más fiel admirador.

Técnica de la delicada: A lo hombres les encanta sentir que los necesitas para resolver los pequeños problemas que se presentan a diario. Por lo tanto sé delicada y femenina, viste con faldas por la rodilla, el pelo siempre bien arreglado, muévete con delicadeza y grita ante la presencia del más insignificante bicho, ellos, como buenos machos, vendrán a rescatarte. En cuanto al maquillaje, que sea discreto y el vestuario muy clásico y nada provocativo. Ten siempre en la mente algún tema trascendente para conversar, pero nunca discutas ni subas el tono de voz. Debes hacerle sentir que es el centro de tu universo y que hará por tí lo que les pidas.

La Técnica «sin técnica»: Si tu filosofía es que las cosas pasan cuando tienen que pasar, entonces no pierdes tu tiempo en buscar estrategias para ligarte al chico de tus sueños. Si le gustas, perfecto, pero si no es así, tampoco es para que te vuelvas loca. Como se dice por ahí «Hay mucha arena en el mar», tantos hombres que seguro alguno de ellos es el adecuado para ti. Si eres una chica natural que te arreglas para verte y sentirte bien, en el fondo esta técnica, es la que mejor resultado da, porque ni te engañas ni engañas a nadie más. Eres siempre tú, buena amiga, divertida y muy atractiva para el sexo opuesto, y eso… es una gran ventaja, ¿no crees?.

Por fin van a dar el gran paso, si quieren, tienen toda la ilusión del mundo, pero ¿estan preparados? Vivir con otra persona requiere un período de adaptación que no todas las parejas superan. Te damos todas las claves para que tú sí lo consigas.Si llevan un tiempo saliendo, las cosas van bien y ambos sienten la necesidad de dar un paso más, no lo piensen más: a vivir juntos.
Alargar este paso demasiado o forzar al otro miembro de la pareja a hacerlo sin estar plenamente convencido, puede desembocar en desastre. Dando por hecho que es una decisión mutua y muy deseada, no está de más tomar ciertas precauciones para que todo salga bien.
El primer mes es crítico, son tantas las novedades respecto a la convivencia que en algunos momentos puedes tener ganas de tirar la toalla. Pero no pienses que te has equivocado, los noviazgos son la parte más cómoda de una relación.
Si antes, cuando discutían, cada uno se iba a su casa, ahora tienen que dormir juntos. Si antes tenían la comida hecha y la ropa lavada en casa de tus padres, ahora les toca hacerlo a ustedes…

Hablar, hablar y hablar
La clave para superar el tiempo de adaptación está en establecer desde el principio unas normas respecto a la casa, en pactar sobre el espacio y el tiempo que cada uno necesita para sí mismo, en motivarse cada día para mantener vivo el amor, y en hablar, hablar y hablar sobre todas las dificultades que vayan surgiendo.
Para que lo tengas más fácil, te hemos preparado una lista con los puntos conflictivos con los que toda pareja suele enfrentarse en la convivencia, y la mejor solución. Toma nota.

Período de ajuste
Los psicólogos y terapeutas de pareja llaman a este momento “período de ajuste”. Hay parejas que no pasan por él porque desde el principio se acoplan de forma natural, pero a otras les cuesta mucho compartir con otra persona un espacio que antes era sólo suyo.
Encontrarse la cocina sucia o la ropa del otro siempre tirada puede ser muy molesto para ciertas personas, por lo que los terapeutas recomiendan esforzarse en los hábitos de limpieza cuando se pretende vivir con otra persona.
Lo importante es mantener el buen ambiente y evitar los agravios o las desconsideraciones. No hay que tenerle miedo a los desencuentros ni las crisis, sino intentar utilizarlos para fortalecer la relación. Lo importante es desarrollar y mantener siempre unas buenas habilidades de comunicación.
Lo que debes tener claro es que en una pareja la relación debe ser de igual a igual. Hay que poner los pies en la tierra y olvidarse de las nefastas relaciones de amar sin límites y dar sin esperar nada a cambio. Ambos miembros de la pareja deben dar y recibir equitativamente para que la relación funcione.
Nuestra pareja también debe estar informada de lo que queremos, esperamos o necesitamos. Según los expertos, es una equivocación de muchas mujeres pretender que sus parejas se adelanten a sus deseos, lo que les provoca frustración y conflictos. Si necesitamos consuelo, cariño o atención hay que pedírselo a la pareja.

En cuestiones de dinero…
Las cuentas siempre muy claras. Antes de vivir juntos tienen que hablar sobré cómo van a gestionar su economía doméstica: si van a tener una cuenta conjunta o si ambos ingresaran una cantidad fija al mes para los gastos de la casa. Esto evitará que surjan roces si un miembro de la pareja aporta más que el otro o si piensa que se utiliza la cuenta de la casa para cosas inapropiadas.
La mejor solución puede ser que tengan una cuenta a medias pero que cada uno también pueda disponer de su dinero para sus cosas o sus caprichos (¡nunca te vayas de compras con la tarjeta de la cuenta común!). De todas formas, cada pareja debe encontrar su propia forma de gestionar su economía, lo importante es tenerlo claro antes de irse a vivir juntos.
Si uno de los miembros de la pareja no aporta ingresos, será mucho más importante que la economía se gestione con sentido común, aunque te aconsejamos que intentes conservar siempre que puedas tu independencia económica. Si se han casado, opta por la separación de bienes, les evitará muchos problemas en el futuro.

Reparto de tareas
Aunque te parezca mentira, éste es uno de los puntos que provoca mayores fricciones e incluso rupturas en una pareja. Nuestro consejo es que nunca te vayas a vivir con un hombre sin haber pactado antes el reparto de tareas.
Al principio, puede que te haga ilusión planchar sus camisas, pero al mes puedes estar harta de recoger su ropa sucia y limpiar siempre tú la casa. Y, por supuesto, no caigas nunca en el error de hacer las cosas por no tener la casa sucia; él necesita ver que las cosas no se hacen solas. Tampoco repartas injustamente las tareas a su favor porque no sepa hacer las cosas, a ti tampoco te enseñaron.
Si ambos trabajan mucho y lo pueden permitir, contraten a alguien, puede ser la mejor opción. Pero recuerda que siempre habrá cosas que hacer y no te corresponden a ti sólo por ser mujer.

No te conviertas en su madre
Éste es un error en el que caen muchas mujeres. De novias divertidas pasan a convertirse en madres aburridas. No le digas lo que tiene que comer, lo que tiene que ponerse o cómo debe comportarse, ya lo lleva oyendo toda su vida, lo que quiere es una pareja.
Está bien que te preocupes por él, pero sin llegar al extremo de la sobreprotección. Son adultos y cada uno puede responsabilizarse de su salud y sus obligaciones. Si adoptas esta actitud, acabará aprovechándose de ti, delegando cada vez más responsabilidades y la culpa será solamente tuya.
Por no hablar de lo poco atractivo y motivante que resulta vivir con una mujer que se parece a la propia madre. De ti depende que siga comportándose como un niño o se convierta en un hombre.

Respeten sus tiempos y espacios
El hecho de que vayan a vivir juntos significa que van a pasar muchísimo más tiempo juntos que antes. Por eso es muy importante que sepan respetar el espacio y la independencia del otro. Esta cuestión deben hablarla y llegar a pactos, puesto que no siempre un miembro de la pareja es tan independiente como el otro.
Si a él le gusta salir de vez en cuando con sus amigos, no le pongas problemas, siempre se volverá en tu contra. Sé inteligente y déjale respirar, tendrá más ganas de estar contigo si sabe que puede disponer de su libertad cuando quiera. Y si eres tú quien necesita más espacio propio, no renuncies nunca a tu tiempo por él, siempre saldrás perjudicada.
Hacer cosas por separado y compartir parte de su tiempo con otras personas enriquecerá su relación, hará que tengan más ganas de verse y más cosas que contarse. Intentar tener a tu pareja siempre a tu lado por miedo, celos o inseguridad los acabará destruyendo.

Las respectivas familias
La cuestión de la familia política es muy delicada y debes tenerlo claro desde el principio. Lo mejor es no meterse en temas familiares ni opinar. Si le quieres a él tendrás que aceptar a su familia. Jamás intentes ponerle en contra de los suyos ni le pongas inconvenientes cuando quiera ir a verles.
Lo ideal es repartir equitativamente las visitas conjuntas a ambas familias y que cada uno de ustedes vaya a ver a los suyos siempre que quiera. Pero tampoco se pasen la vida en casa de sus padres, ahora ustedes son los adultos y deben formar su propia familia, con sus propias normas, gustos y prioridades.
Los hombres suelen estar muy unidos a sus madres, así que si no quieres que tu suegra se entrometa en tu vida, nunca te vayas a vivir cerca de ella. Pero tampoco de tu madre, asume que al irte a vivir con tu pareja dejas de ser una niña. Y aunque los tiente mucho, lo de llevarle la ropa sucia a las madres o llevarse los tupper ware de su casa, no es muy propio de dos personas adultas.

Amigos siempre en casa…
Ahora que van a vivir juntos puede que aparezcan habitualmente en casa un montón de amigos dispuestos a ver el fútbol, hablar de chismes, quedarse a dormir o a comer…
Si nunca habían vivido fuera de la casa de sus padres, puede que de repente les apetezca hacer todas las cosas típicas de amigos en un piso compartido. Pero no os confundáis, vuestra casa no es un piso de solteros, sino de una pareja, y tendrán que poner límites a sus amistades.
Por supuesto, ambos deben respetar que el otro invite a sus amigos a casa (no les pongas nunca malas caras ni discutas con él delante de sus amigos). Pero no consientas que se pasen la vida allí, y muchos menos que luego te toque a ti recoger y limpiar el desorden que hayan dejado.

Frecuencia sexual
Muchos hombres se quejan de que al irse a vivir con sus parejas la frecuencia sexual disminuye drásticamente. Y llevan razón, ellos siguen manteniendo su demanda biológica mientras nosotras nos acomodamos o nos volvemos perezosas.
¿Por qué? Normalmente una mujer se rige sexualmente por la sorpresa, el misterio, el juego de la seducción, la pasión, cosas que se pierden en gran medida al ver diariamente a la pareja. Por ello, debes esforzarte en practicar sexo de forma habitual, ya que mientras más lo hagas más predispuesta estarás.
Además, los hombres también se quejan de que empiezan a interesarnos más las tareas domésticas que el sexo. Y muchas veces llevan razón. Pero lo que no saben es que esto suele ser debido a un injusto reparto de las tareas domésticas. Las dobles jornadas a las que estamos sometidas muchas mujeres nos hacen estar agotadas al llegar a casa, por lo que si éste es tu caso, habla con tu pareja para que haga más en casa.
Pensar en el sexo, ver pelis eróticas, preparar encuentros especiales, acariciarse mientras están viendo la tele, báñense juntos e incluso propónganse hacer el amor todas las noches… Todo sirve.

Tienen un compromiso
Aunque no se hayan casado, tomar la decisión de irse a vivir juntos supone un compromiso. Ambos deben tener claro y asumir que ya no pueden seguir llevando vida de solteros. Ahora las cosas las deciden en pareja y deben tener en cuenta al otro antes de actuar.
Tienen que limitar actividades que antes hacían libremente como solteros para darle prioridad a su relación. Aunque sean personas muy independientes, tienen que asumir que ahora funcionan en pareja y que el otro no debe quedarse solo o sentirse apartado por sus deseos. Incluso para hacer cosas por separado, tienen que hablarlo y estar de acuerdo ambos.
Vivir en pareja requiere responsabilidades y obligaciones. Ten claro que ahora vives con él y no sería normal que no aparecieras a dormir o hicieras planes sin que él lo supiera. Y si esta situación se da, tienes el derecho de pedirle explicaciones a tu pareja.

Primero comenzaremos por tener en cuenta, que independientemente de que seas mujer u hombre, lo ideal para conquistar a una persona es que seas natural. Una vez entendido esto, no tienes más que seguir los siguientes tips. Con eso y un poco de tu propia chispa… será muy fácil conseguir el amor de tu chico ideal.

1.- Seguridad: A los hombres les encantan las mujeres seguras en todo lo que hacen, decididas, fuertes y capaces de tomar decisiones…Por lo tanto demuéstrale a tu chico que puedes vivir sin el.

2.- Feminidad: Eres una chica y por lo tanto debes comportarte como tal, así que si quieres conquistarlo muestra tu lado más femenino.

3.- Vestuario: Tu forma de vestir puede ser sexy pero nunca demasiado atrevida porque lo asustarías. Elige escotes adecuados, faldas con aberturas estratégicamente ubicadas, pero nunca un vestido completamente transparente; recuerda que a los hombres les encanta imaginarse que habrá debajo de esa ropa tan sugerente que llevas. Por otro lado, el vestirte de forma muy atrevida da pie a que otros hombres te miren de forma que ni a ti ni el les gustaría.

4.- Elogios: Al género masculino le gusta que su chica les diga lo estupendos y maravillosos que son en todo; que como él no hay ningún otro. Así que aunque no todo sea verdad, halágalo, dile que es el más guapo, el más fuerte e inteligente.

5.- Aspecto físico: Los hombres tienen todo tipo de gustos, sin embargo en lo que todos coinciden es en que odian a las chicas muy maquilladas, demasiado enjoyadas o que se han perfumado en exceso. En su chica ideal buscan naturalidad, que se arregle pero que no se note.

6.- Comprensión: Los hombres esperan al igual que tú, comprensión y mucho cariño. Si sabes escuchar lo que el te cuenta, lo tendrás en tus manos en menos de lo que piensas; aunque para ti sea muy aburrido lo que te dice, pon cara de interesada y dile lo estupendo que es, seguro se callará para escuchar tus piropos.

7.- Detalles. Si crees que sólo a ti te gustan los detalles, ¡error!, él también aprecia las muestras de amor, pero ojo, le gustan las cosas sorprendentes, lo cursi le espanta; por lo tanto un regalito debajo de su almohada, una llamada divertida o un conjunto sexy para recibirlo, lo volverán loco.

8.- Sensibilidad: Muéstrate vulnerable, así él se sentirá muy conmovido, da señas de lo temerosa que eres, ya que a tu fuerte protector le encantará saber que lo necesitas, pero esos sí, sin ir al extremo, porque si le haces sentir que dependes de el, lo ahuyentarás.

9.- Iniciativa: No siempre tiene que ser él quien tome la iniciativa, cuando se te ocurra cualquier plan, por muy atrevido que sea, no dudes en proponérselo y procura que esto sea así en todo. Si te gusta un chico pero él no se decide, toma tú la iniciativa con sutileza. Si quieres seducirlo, deja que tu lenguaje corporal sea el que exprese lo que sientes, ya que si das con uno muy atento, enseguida te entenderá e irá directamente por ti.

10.- Mesura: Aunque te encante el güiri güiri, detente; si quieres saber todo sobre su pasado amoroso y lo sometes a un interrogatorio se sentirá acosado y huirá. El mejor consejo, sobre todo al principio, es tener mesura y poner cierto misterio en la relación, luego cuando lo tengas más seguro y confiado, cualquier cosa que hagas le parecerá divina.

Hasta que no inventen los detectores de «el hombre perfecto», es muy fácil que nos equivoquemos en nuestras elecciones. Y aunque la vida permite escoger nuestros propios caminos, a veces resulta muy difícil cambiar de sendero.
Los motivos habituales que alegan mujeres infelices que no quieren dar el paso hacia la separación, son los siguientes:
Costumbre: El hombre es, por naturaleza, un animal de costumbres y la rutina suele dar seguridad… aunque no felicidad.
Necesidad: Puede ser de dos clases, emocional o económica. Menos mal que esta última se va solventando gracias a la incorporación de la mujer al trabajo.
Atracción por los hombres problemáticos: A veces, los problemas enganchan y se hace imposible vivir sin ellos. Pero es bonito descubrir que es más fácil vivir sin preocupaciones.
El «qué dirán»: Aunque nos suene a la época de nuestras abuelas, aún sigue teniendo cierto peso en la sociedad.
Hay que romper con toda esta carga sin sentido. Más allá hay un mundo con muchas posibilidades de ser feliz.

– Los primeros meses e incluso años de casados, la pasión esta a flor de piel, pero la rutina poco a poco la va apagando, no dejes que esto suceda, sedúcelo y vuélvelo a conquistar cada vez que hagan el amor.

– No descuides tu aspecto físico, tampoco se trata de que siempre estés arreglada como para una fiesta, pero darte tu manita de gato diariamente es fundamental.

– Ya pasaste por el noviazgo, probaste cuanto le interesabas al causarle celos de vez en cuando, en esta etapa ya no los necesitas, evítalos.

– Él al igual que tú tiene la necesidad de sentirse libre, así que respeta su espacio y no te muestres posesiva.

– Mímalo frecuentemente, esto también es una forma de seducir; todo hombre aunque lo niegue tiene un lado infantil que necesita ser querido. Preocúpate por él, pero no tomes el papel de nana o de su mamá.

– Evita regañarlo continuamente, sé más flexible, diplomática y menos exigente.

– Dale tiempo para que se relaje. Un momento a solas sin que lo agobies con tus preguntas, pendientes y preocupaciones, es muy recomendable, de todas maneras él no te hará caso y si te molestará su indiferencia.

– Nunca lo humilles en público.

– Respeta su fragilidad, muchos de ellos han superado el machismo y no les da pena verse vulnerables, otros en cambio reprimen sus sentimientos, pero seguro que con mimos y palabras dulces, puedes hacerlo sentir mejor.

– Sedúcelo a través de los alimentos, preparándole los que más le gustan.

– Siempre guapos, a toda mujer le gusta que su pareja cause siempre una buena impresión.
– Procura estar continuamente al pendiente de ella, pero sin llegar a controlarla y vigilarla.
– Sorpréndela: Se detallista cada vez que tengas oportunidad.
– Sé paciente y escúchala siempre.
– Halágala y procura que tus piropos le hagan sentir que la quieres tal y como es.
– Compartan las labores del hogar: Tal vez creas que esto no suena nada seductor, pero realmente tiene mucho que ver porque ella sabe que puede contar contigo y sabrá responder a tu compromiso y apoyo.
-Hazla sentir o esfuérzate más si le cuesta trabajo alcanzar el placer, el acto amoroso es cosa de dos, de satisfacerse mutuamente, cada encuentro puede ser maravilloso se ambos lo desean.
-No la prives de su vida social, necesita amigas con quien compartir.
– Al igual que tú, también ella necesita su tiempo fuera. Dáselo, será muy beneficioso para ambos.
– Si no te gusta como hace las cosas, díselo pero con mucho tacto para no lastimarla.

Vacaciones, ¡por fin! La rutina queda interrumpida por el sol, el relax y mucho tiempo de ocio. Pero esta ecuación de la felicidad puede convertirse en la fórmula de la ruptura conyugal. Te damos las claves para evitar conflictos y conseguir que triunfe el amor en verano.Las vacaciones pueden ser el momento perfecto para redescubrir a la pareja y reforzar las relaciones conyugales. Pero también pueden convertirse en el detonante para la ruptura.

Después de los meses calurosos, desde los medios de comunicación nos bombardean con estadísticas nada satisfactorias sobre este tema. Aún resuenan los números del año pasado: aunque siete de cada diez parejas reforzaron su relación, tu subconsciente acaba redirigiendo tus pensamientos a las tres parejas restantes. ¿Y si este año acabas engrosando la lista más desafortunada?

Convivencia intensiva, el principal enemigo
Es difícil imaginar que en el mejor momento del año, donde las vacaciones ofrecen la oportunidad de romper con la rutina, de relajarse, de disfrutar de los días, del sol, de mayor tiempo de ocio; un momento para el cuál estamos trabajando el resto del año; asociado a la felicidad y al disfrute; para muchas parejas se convierte en un infierno, en el punto y final de la relación. ¿Por qué esta disociación?

Para Mª Jesús Andrés Pérez, “las vacaciones pueden constituir un suceso desencadenante para la ruptura de pareja, pero los conflictos ya estaban presentes con anterioridad al período vacacional, lo que ocurre es que en vacaciones estos problemas pueden hacerse más patentes debido a una serie de factores y desencadenar la ruptura”.

La mayoría de las personas que han vivido esta situación coinciden en señalar como factor detonante la convivencia excesivamente intensa de estos días. “En vacaciones -comenta la doctora- se produce un aumento desacostumbrado del tiempo de convivencia que deja al descubierto la falta de comunicación y de solución de problemas”. Es decir, se pasa de verse prácticamente por las noches y fines de semana, a vivir las 24 horas del día en un espacio compartido. “Las parejas están mas ocupadas el resto del año, tienen los roles que corresponden a cada uno más delimitados y hay poco tiempo para discutir. Los conflictos y los acuerdos pueden posponerse, generándose conflictos que se van acumulando, siendo las vacaciones un caldo de cultivo para que puedan ponerse de manifiesto”. Además, en verano es fácil ver aspectos de tu pareja en los que nunca antes habías reparado. Los fallos se refuerzan y aparece la frustración y el desenamoramiento. Punto en el cual muchas parejas abandonan.

Por otra parte, la ruptura con el día a día puede suponer un trastorno serio para aquellas personas que basan su equilibrio emocional en la rutina. “La ruptura de la rutina diaria implica cambios a los que hay que adaptarse y esto puede constituir un factor de estrés que requiere ajustes por parte de ambos miembros de la pareja. Además, el resto del año cuentan con un apoyo social de los compañeros de trabajo y amigos del que carecen en vacaciones”, explica la Dra. Mª Jesús Andrés.

Otro de los motivos causantes de muchas rupturas de pareja es el conocer a diferentes personas con las que aparentemente se tiene más en común. Y es que en la época estival todos mostramos nuestra cara más amable y divertida. Esto puede llegar a eclipsar la razón y acabar rompiendo una relación de años para correr tras de un amor fantasma.

Las vacaciones no son la solución
Un gravísimo error que cometen muchas parejas con problemas es esperar demasiado de las vacaciones. Es decir, pensar que las peleas y continuos roces que se han ido desarrollando a lo largo de todo el año van a desaparecer nada más poner pie en el destino estival. “Cuando las expectativas que se tienen sobre ‘cómo deben ser las vacaciones’, nos inducen a realizar aseveraciones como ‘las vacaciones deben resolver nuestros problemas’, ‘las vacaciones deben ser perfectas’ o ‘debemos pasarlo bien juntos y que todo sea bonito’, es muy probable que lo que logremos sea un gran sentimiento de decepción y frustración”, nos avisa la psicóloga de la clínica Psicomaster. Ante esto “algunas personas adoptan una postura entre resignada y resentida, pero sin plantear solución alguna”.

Y es que solucionar todas las frustraciones en apenas 15 días es una utopía. Las vacaciones simplemente pueden mejorar la comunicación cuando hay interés por ambas partes, pero ni el paisaje más maravillosos y exótico del mundo será capaz de hacer desaparecer los problemas de fondo.

Recomendación de la experta
“Aquellas parejas que no sean capaces de resolver sus problemas, que no duden en buscar ayuda. El porcentaje de éxito en las terapias de pareja de orientación cognitivo-conductual es alrededor del 75%. No siempre es posible solucionar los conflictos una vez que se ha entrado en un círculo vicioso negativo sin el adecuado asesoramiento y entrenamiento en determinadas habilidades de las que la pareja puede carecer”.

Al cabo del año son muchas las parejas que acuden a los juzgados para tramitar su divorcio, y otros muchos se separan sin más. Antiguamente, esto del divorcio estaba muy mal visto y se asociaba a gente sin valores.Por otra parte, las madres inculcaban a sus hijas el espíritu de sacrificio respecto al marido y a los hijos, y tenían que aguantar lo que fuera, pues el matrimonio estaba por encima de todo.
Sin embargo, toda esta dinámica ha cambiado mucho, tanto en los motivos como en las consecuencias y en las resoluciones de las separaciones.
Las personas se separan independientemente de su clase social o económica, es algo que está aceptado socialmente y que afecta a todos los estratos sociales.
Las causas por las cuales una pareja se separa pueden ser muy variadas, pero existen una serie de componentes que pueden ayudar a que cada vez se pierda más el miedo a esta situación y se termine tomando esta decisión.

El factor económico
La independencia económica y una mayor autonomía, le permiten a la mujer de hoy en día no depender del sueldo del marido para vivir.
Aunque en la mayoría de los casos la situación económica empeora con respecto al matrimonio, son muchas las mujeres que se pueden permitir salir de casa del marido y no volver a la de los padres, sino establecerse por su cuenta.
También existe una gran mayoría que, a pesar de las dificultades económicas, deciden separarse. Esto se debe a una mayor valoración de la mujer: la apertura al mundo laboral y de los negocios le ha permitido generar una aceptación de sí misma difícil de conseguir en otros tiempos.

La búsqueda de satisfacciones
La valía personal, la confianza en sí misma y el desarrollo cultural y laboral, le permiten a la mujer lanzarse a una nueva vida en solitario con ánimo decidido y resolutivo. El miedo sigue existiendo, pero puede más la necesidad de autonomía y de búsqueda de satisfacciones personales.
La sociedad actual va dictando los patrones para conseguir el éxito y son muchas las imágenes de gente famosa o reconocida socialmente que se separa y reinicia una nueva vida.
Los patrones de comportamiento los dictan las modas o los tiempos y ahora, se anima a las parejas a romper si no les va bien. El sacrificio y la abnegación están pasados de moda. Cada cual debe buscar su propia satisfacción, juntos o por separado.

Se lucha menos por las relaciones
Muchas personas no satisfacen las necesidades de su cónyuge y éste se siente vacío y poco gratificado, con lo que el desánimo hace mella y la relación se deteriora.
También está claro que se lucha menos por los relaciones. Al estar bien visto, ya no nos saltamos ninguna norma moral, por lo que no aguantamos ni un día de malestar.
Aunque esto no es exactamente así para muchas parejas que luchan por su relación, hay otras muchas que rompen en los primeros meses de relación, cuando aún no ha dado tiempo para saber si se podía mejorar y cambiar lo que no nos gustaba, pues no ha habido tiempo.

La desaparición de los roles tradicionales
Todavía existen muchas parejas que se basan en los criterios tradicionales de lo que es una buena pareja. El marido trabaja fuera y la mujer en casa, y cuando ella decide incorporarse laboralmente o colaborar para sentirse útil o ganar su propio espacio, empiezan los problemas.
Todavía, hoy por hoy día algunos maridos no aceptan el éxito profesional de su pareja y pretenden seguir siendo el macho dominante ; por suerte, esto está desapareciendo.
Antes, el hombre era el exitoso y el valioso de la relación, no tenía que trabajárselo porque, ante la sociedad, él era el que mantenía a la familia y el que tenía todos los derechos. Ahora, tiene que trabajarse esa valía, puesto que su pareja también la tiene y, a veces, incluso más alta, con lo que existen comparaciones que pueden deteriorar la relación.

La mujer, más autónoma y exigente
Ahora, están muy claros los derechos y los deberes de cada miembro de la pareja y cuando ambos no se ponen de acuerdo, aparecen las discrepancias. Socialmente, la mujer ha ganado un puesto al que el hombre se tiene que habituar y a muchos todavía les cuesta.
Por supuesto, la mujer también tendrá parte de responsabilidad en lo que respecta a la separación. Está claro que una vida externa a la familia y al hogar puede hacer descuidar estos, apareciendo los problemas.
Los cargos de autoridad o el trabajo fuera de casa hacen a la mujer más autónoma y más exigente en lo que respecta a sus derechos. Cuando el hombre con el que comparten su vida no está preparado o ambos no han negociado los derechos y deberes de cada uno, se encontrarán bajo una guerra de poder.

– Hazte indispensable en su vida y de vez en cuando quita un poco el interés cuando menos lo espere. Procura entrenar a tu pareja, pero no satisfacerla, así conservarás su dependencia.- Evita llevar un ritmo en la relación, procura un día darle toda tu atención y al siguiente limitarte, así se evade la rutina y se anticiparán y frustrarán las acciones.

– Sé impredecible para ganar su voluntad.

– Muéstrate misterioso(a), es una forma de atraerla(o).

– Cuando veas que empieza a mostrar interés, simula una retirada y finge indiferencia. «La ausencia disminuye las pequeñas pasiones e inflama las grandes, al igual que el viento apaga una vela y atiza un fuego» M. de la Rochefoucauld.

– Sé paciente: Aprende a esperar y recoger la cosecha a su tiempo. Precipitarse puede llevarte al fracaso. Hay que seguir los ritmos y los tiempos del amor.

– Constancia, pero no en tus conquistas, si realmente estas interesado por esa persona, no le andes buscando tres pies al gato.

-Sé realista: Si durante el tiempo que llevan juntos te has dado cuenta de que no congenian, entonces ni hablar, hay que terminar la relación, seguro que habrá otra persona con la que si te encuentres.»Si puedes ganar la batalla, lucha; si no, retírate». Mao Tse Tung.

– Sé atrevido(a): Si quieres besarla(o), hazlo. No le preguntes, es mejor arrepentirse de haberlo intentado que nunca haberse atrevido.

-No te muestres empalagosa(o) todo el tiempo, combínalo con un trato más frío.

– Busca su punto débil, encuéntralo y explótalo, moverás su voluntad.

– Un seductor o seductora, no tiene que andar gritando sus conquistas ni hacer gala de sus proezas.

– Ten detalles inesperados pero no agobies a tu pareja con obsequios.

– Sé humilde.

– Aparenta ser moderadamente romántico(a) pero nunca estúpidamente romántico(a).

– Dale celos de vez en cuando, pero no te excedas.

– Si tienes buenos indicios de que él/ella va a cortar la relación, anticípate y actúa antes.

Cuando se escribe el último capítulo de una relación amorosa, se suelen introducir frases del estilo «podemos ser amigos» o «seguiremos viéndonos «. Pero, ¿realmente es posible ser amiga de los ex?Se suele decir que del amor al odio hay un paso y del amor a la amistad, un abismo. Pero no tiene por qué ser siempre así. Conseguir ser buenos amigos de nuestra antiguas parejas no es misión imposible, de hecho, muchos han conseguido funcionar mejor como amigos que como amantes.
Todo dependerá de los cimientos sobre los que se construyó la relación, el modo de ruptura y la madurez de ambos. El tiempo será vuestro gran aliado.
Antes de amantes, amigos
Si antes de ser amantes fuisteis amigos, tenéis el 95% del camino andado para conseguir que la amistad previa al encuentro físico, se mantenga. Quizá no con raíces tan profundas como al inicio, ya que cualquier ruptura siempre consigue dañar los cimientos de la relación, pero, al menos os podréis cruzar por la calle sin tiraros los trastos a la cabeza.
Macarena es traductora y, después cinco años de relación y más de tres de casados, cuenta que todo se vino abajo. “Simplemente comprobamos que ambos teníamos diferentes formas de entender y afrontar la vida”, nos cuenta. “Aunque la separación fue algo traumática, puesto que estábamos muy enamorados, ambos entendimos que entre nosotros sólo podía funcionar la amistad”.
Muchos psicólogos intentan desentrañar las reglas que aplicamos para comunicarnos con nuestra pareja y aquellas que utilizamos con los amigos. No se sabe muy bien por qué, pero son diferentes. Así lo entiende también Macarena, para quien lo más difícil fue recuperar la comunicación de amigos. “Había cierta confusión con el vocabulario. La manera de llamarnos, de tratarnos, de mimarnos con las palabras, iba mucho más allá de la mera amistad, lo que ciertamente resultaba violento al no compartir ya un lecho. Ahora ya puedo hablar con él como antes de ser novios.”

Tiempo al tiempo
Pretender pasar del amor a la amistad en un solo día es un grave error. En una ruptura siempre hay dolor, más si cabe cuando la decisión se ha tomado de forma unilateral. Las llamadas sin descanso sólo pueden agobiar y confundir.
“Lo mejor es aplicar la estrategia del alejamiento, para poder volver a acercar posiciones”, comenta Alicia, quien después de romper con su novio vivió una situación de acoso y derribo por parte de éste. “Al principio sentía lástima, pero su insistencia me provocó rechazo, por lo que no respondía a las llamadas ni mensajes. Ahora, he vuelto a retomar el contacto. Él está más relajado, ha rehecho su vida, y es el momento de retomar nuestra amistad. Ahora sabemos que siempre podremos contar el uno con el otro.”
Es el periodo de adaptación que toda pareja necesita para entender que ya no son tal. Y es que el tiempo es el mejor aliado para conseguir pasar del amor a la amistad, si existe buena intención por ambas partes. Es decir, siempre y cuando la separación no haya sido tan traumática que haya conseguido anular cualquier sentimiento de amor o afecto.
Si alguna de las dos partes ha quedado excesivamente dañada, ni todo el tiempo del mundo logrará que os volváis a reencontrar como amigos.
Ni contigo ni sin ti
Uno de los aspectos que más nos cuesta superar cuando se produce una ruptura de pareja, es asumir que la otra parte pueda disfrutar de la intimidad y del sexo con otras personas. El sentido de la posesión tarda más en desaparecer que el amor.
Para Macarena (nuestra primera protagonista), éste fue el principal hándicap para superar la relación. “Tenía asumido que no éramos el uno para el otro, pero el pensar que otra pudiera estar disfrutando de lo que yo había tenido, me tenía comida la cabeza. Y es que si en la vida cotidiana no encajábamos bien, ¡en la cama lo hacíamos de maravilla!”
La cosa se complica aún más cuando se sigue teniendo sexo ocasional con la ex pareja. “Cuando se acaba de forma ‘amistosa’, y hasta que se inicia una nueva relación, es habitual tener sexo con tu antigua pareja. Esto nos ha ocurrido a muchas de mis amigas”, nos aclara Macarena. “A algunas de nosotras el tiempo, y nuevas personas que se cruzaron en nuestro camino, nos hicieron perder el interés por el ex. Pero otras tuvieron que renunciar a estos momentos cuando ellos les comunicaron que tenían una nueva relación. Ahí es cuando comienza una etapa de celos absurdos, que sólo el tiempo puede eliminar.”
En el caso de Yolanda fue al contrario. “A pesar de que ya hace tres años que me separé, mi actual pareja no quiere saber de mi ex marido para nada”, nos cuenta. “El problema es que tenemos dos hijos y es habitual que nos veamos cada cierto tiempo. Yo no tengo ningún problema, puesto que me llevo muy bien con él y considero que es beneficioso para los niños. Además, en su momento fue la persona más importante de mi vida y no renunciaré a ser su amiga. Siempre formará parte de mi familia. Sólo me queda hacer que el fantasma de los celos desaparezca del hombre con el que comparto ahora mi vida y todo será perfecto.”

Vivir sin la sombra del ‘ex’
Hay muchas chicas que cuando se separan prefieren romper cualquier tipo de relación con el ex. En muchas ocasiones el motivo está basado en una relación tumultuosa, con traiciones, infidelidades o maltrato, algo totalmente comprensible.
En otras ocasiones es por simple orgullo. “Me dejó por otra y ese es motivo suficiente para no querer saber nada de él”. La que habla es Silvia, una amiga de Alicia que, tras un año y medio de relación tuvo que vivir la experiencia de ver cómo su pareja se marchaba con otra. “Ahora tengo pareja y soy muy feliz, pero soy incapaz de perdonarle. Es puro resentimiento, traicionó mi confianza y no le quiero cerca de mí.”
“Yo creo que es un problema de inmadurez”, interviene Alicia. “Nadie está en posesión de nadie y entra dentro de lo posible que a tu pareja, o a ti misma, se le cruce alguien en el camino. Después del disgusto, y con las cosas ya en frío, yo creo que es posible ser amigos.”
“Esta bien, quizás sea una pésima ex. Pero tener contacto con esa persona me impide avanzar. Prefiero romper con el pasado y seguir adelante. Lo veo como un toque más de egoísmo que de inmadurez”, replica Silvia a su amiga.
Diferentes opiniones para diferentes situaciones. Sin lugar a dudas, decidir ser amigo del ex nunca resulta fácil, aunque cuando se consigue plenamente, es muy gratificante.